Está muy difundida la creencia de que es conveniente alimentar a los perros una vez por día, cuando son adultos.
Se cita que los carnívoros salvajes incluso no comen todos días, sino cuando cazan o encuentran algún cadáver.
Sin embargo, al decidir un criterio hacia nuestros perros, debemos valorar un riesgo.
El estómago repleto de comida tiende a efectuar una ligera rotación sobre el eje longitudinal del cuerpo. Si los alimentos son de prolongada digestión, se mantendrá el estómago en esta nueva posición largo tiempo.
Con el paso de los años los ligamentos que estabilizan este órgano pueden permitirle mayor movilidad.
En un momento determinado, ayudado por factores diversos, luego de haber comido abundantemente, la rotación puede llegar incluso a los 180 grados, cerrándose el esófago.
Los nervios comprimidos por la torsión causan parálisis gastrointestinal. El estómago se dilata por gas.
Manifiesta inquietud, arcadas improductivas (solo elimina saliva) y deformación del abdomen que se hincha notablemente.
Este último síntoma, cuando se produce súbitamente, es siempre motivo de alarma. Debe dejar cualquier obligación de lado, llamar a su veterinario y no temer molestar a deshora.
Sugerimos dividir la alimentación diaria en dos o tres porciones, administrando la última dos horas antes de acostarse, para controlar la evolución.
El shock múltiple mata en pocas horas, excepto que se efectúe la estabilización medicamentosa, la punción para eliminar gas y la cirugía correctiva.
Es alto el porcentaje de mortandad durante la cirugía o en el postoperatorio, aún en los tratados correctamente desde el inicio de la emergencia.
Como los perros que se alimentan una vez por día, habitualmente lo hacen de noche, es frecuente que se encuentren muertos por la mañana, suponiéndose erróneamente afección cardíaca o envenenamiento.
Sugerimos dividir la alimentación diaria en dos o tres porciones, administrando la última dos horas antes de acostarse, para controlar la evolución.
No estimular ejercicio o juegos luego de las comidas, así como tampoco darles huesos de ningún tipo.
En la naturaleza hay elementos que contribuyen a la supervivencia de una especie, así como para limitar el número de individuos de la misma.